
En verdad, si esto fuese así, la informatización de la sociedad se presentaría como la única alternativa que posee la humanidad ante la crisis del modelo de sociedad industrial, siendo la computadora "el aparato", fruto de una radical renovación del mundo científico-tecnológico, capaz de superar las falencias del modelo industrial mecanicista y con ello estaríamos aceptando que nuestra sociedad se debate en una etapa de transición que tendrá su fin con la llegada de la nueva sociedad de la información consolidada por una educación informatizada con todos los cambios, requisitos y mejoras sociales que se desee imaginar dentro de esta nueva utopía cientifista. (o cientificista…el debate continúa)
Pero esto no es así. Las transformaciones no se limitan a la incorporación de la tecnología en las actividades sociales. Más bien son cambios en los valores consumistas y esto se manifiesta si se observa el marcado contraste que existe entre la masiva incorporación de equipos informáticos en nuestro continente y la inconsistente importancia que se le da a la informática como factor preponderante en el funcionamiento de la economía (por lo menos en nuestro país). Y menos pensar que la informatización de la sociedad ha constituido o generado un verdadero desarrollo industrial o social.
Como informáticos, conocedores de nuestra profesión no podemos pensar de manera tan simple colocando a la informática como un símbolo de desarrollo incuestionable.
Debemos ser conscientes de que esa postura se relativiza ante la presencia de alternativas tecnológicas múltiples y por la orientación social generada por el efecto de políticas e intereses diversos a causa - en la mayoría de las veces - de la ausencia de una voluntad política del Estado hacia el sector informático.
Nuestra profesión de ser informáticos y conocedores de la Informática, en esta sociedad contemporánea, nos exige, cada vez más, ser estrategas de la tecnología, exhibiendo la capacidad de ser vigías y centinelas; de saber observar, conjeturar y distinguir; de poder contemplar, advertir y descubrir la posibilidad de nuevas perspectivas tecnológicas.
Una vez la escuche y pensé que quizás la frase que nos defina sería: - debemos ser "oteadores" de los nuevos tiempos - Un oteador abarca muchas cosas; de sobremanera es alguien que mira desde lo alto hacia lo lejos.
En esa forma de "otear" lo que está por venir debemos permanecer pero sin olvidar las tecnologías existentes, incluso las más antiguas, porque por sobre toda tecnología está el servicio que ésta debe prestar y debe ser nuestra obligación adecuar la tecnología a la realidad a la cual debe servir para poder cerrar la tan mentada ecuación "necesidad-servicio" con una solución informática.
Estoy convencido que no podremos deslegitimizar las transformaciones que los intereses de poder imprimen a las tecnologías, pero sí estoy seguro de que si lo intentamos podremos torcerlas en beneficio de toda las sociedad, la marginada y la adaptada; sólo tenemos que ver, evaluar y actuar haciendo que cada punta tecnológica disponible, ya sea obsoleta, vigente o por venir, se adapte a la medida de las distintas realidades sociales que nos acompañan en este tiempo.
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