30 marzo 2009

Las Redes Sociales en la mira de las utópicas regulaciones

En estos días ha surgido un debate en torno al caso de una joven de Bahía Blanca con cierta discapacidad que ha sido objeto de una agresión mediante la ridiculización a través de un grupo en Facebook.


Este hecho ha disparado cierta intransigencia popular en un contexto que el común de la gente, y no es menospreciar, se dibuja en el horizonte del desconocimiento y se extiende hasta los límites del prejuicio por el prejuicio mismo.


No comparto y menos abogo por actitudes similares desde la Red pero interrogo al respecto: Si no podemos limitar y controlar este tipo de actitudes en la vida real en donde se acostumbra a hacer público el nombre de la víctima y se esconde el del agresor...

¿podremos hacerlo en los espacios virtuales?

¿Sirve hacernos los héroes censores y reguladores de actitudes escondidos detrás de un monitor cuando no somos capaces de manifestarnos a cara descubierta y públicamente en defensa de la vida, a favor de la seguridad y en protección del futuro de nuestro hijos?




La utopía de una regulación de los contenidos en la Red continuará siendo una utopía mientras el medio sea propio de las personas con sus diferentes intereses a cuesta; y es a las personas a quién se debe regular tanto en la vida real como en la vida virtual, exigiendo identidad, compromiso y ética.

Como siempre he sostenido, Internet es un lugar distinto por la forma en que lo "vivimos", mucho más amplio, extenso, sin identidad propia, sin banderas, sin fronteras, sin paredes ni pisos, tal vez un hábitat apartado de toda biología, sin necesidad de beber y con mucha agua por si acaso recordamos que tenemos sed.
Pero que es exactamente igual al que vivimos luego de alejarnos de la computadora, con el vicio del preconcepto, con la posibilidad de mantenernos en la oscuridad inmoral del anonimato, de asumir no solo dos sino más identidades -hasta personalidades diferentes, con tabúes viejos y nuevos, con marchas y contramarchas, con las presiones por las libertades y la ansiedad ante los sometimientos. Es decir, una manera diferente de comunicarnos que no alcanzamos a dimensionar y que a grandes pasos logramos que adquiera una afectación real y global; una manera diferente que debe exigirnos, sin dudas, mayores responsabilidades por el impersonal y atemporal modo de relacionarnos.

En definitiva, no es nada más que la evolución natural de la Red.

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**Desenho: Mamanunes Templates **Inspiração:Ipietoon's **Imagem digital: Kazuhiko Nakamura